jueves, 13 de diciembre de 2018

Día 30 - Gracia Gloriosa - 100 Lecturas Diarias de La Revolución de la Gracia - Joseph Prince



Día 30
Mayor Osadía

Escritura de hoy
Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús. Por su muerte,[a] Jesús abrió un nuevo camino —un camino que da vida— a través de la cortina al Lugar Santísimo. Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios, entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.
HEBREOS 10: 19–22 NTV 

Amigo mío, ¿sabes lo peligroso que es creer que estar bien con Dios depende de tu habilidad para confesar cada pecado? Sin la seguridad de un perdón completo, los creyentes son conscientes del pecado, cargados de culpa y vergüenza, condenados por el enemigo, sin gozo y totalmente inseguros acerca de su salvación. Lo sé. He estado allí.

¿Entonces Joseph Prince está en contra de que un cristiano confiese sus pecados? Permítanme decir esto claramente: creo en la confesión de los pecados y todavía confieso mis pecados. Pero ahora hay una gran diferencia: confieso mis pecados sabiendo que todos mis pecados ya están perdonados. No confieso mis pecados para ser perdonados. Debido a que tenemos una relación cercana con nuestro Padre celestial en el nuevo pacto, puedo ser honesto con Él cuando he hecho algo malo. Puedo hablar con Él al respecto, recibir su gracia por mi debilidad y avanzar sabiendo muy bien que Él ya me ha perdonado a través del sacrificio de su Hijo.

Amados, nuestro perdón fue comprado perfectamente con la preciosa sangre de nuestro Señor. No depende de cuán perfectamente podamos confesar todos nuestros pecados. ¿Cómo puede nuestro perdón depender de la consistencia, la frecuencia y la calidad de nuestras confesiones? ¡Eso está destinado a fallar! Nuestro perdón depende de nuestra fe en la calidad de la sangre sin pecado de nuestro Señor que fue derramada en la cruz. ¡Hay un mundo de diferencia entre estas dos bases para nuestro perdón, y resulta en un mundo de diferencia para tu tranquilidad! Y el efecto que esta revelación produce en nuestras vidas es el deseo de querer vivir una vida que glorifique a nuestro Salvador. El que sabe que al que se le perdona mucho, en realidad se le perdona todo, amará mucho (vea Lucas 7:47 NTV).

Es esta revelación del poder purificador de la sangre derramada por Jesús, como se establece claramente en las Escrituras de hoy, la plataforma de lanzamiento para vivir la vida con mayor osadía y confianza. ¿Lo ves? La osadía viene cuando te das cuenta de que debido a la sangre purificadora de Jesús, no tienes que esconderte de Dios, temiendo que Él está tratando de sacarte por tus pecados. Puede tener la osadía de entrar a la presencia más sagrada de Dios con un corazón que confía plenamente en Él, y con una conciencia libre de culpa y condena.

¡Esta es la forma nueva y vivificante por la que Dios quiere que vivas, una en la que puedas acercarte con confianza a Su trono de gracia en cualquier momento para recibir Su misericordia, favor, ayuda, bendiciones y vida! Amigo, sean cuales sean tus desafíos, si posees activamente su perdón perfecto y completo en Cristo, puedes superarlos y disfrutar de la vida en un nivel completamente nuevo, con mayor osadía y confianza.

Pensamiento de hoy
Debido a que mi conciencia está salpicada de limpieza de la culpa y la condenación, por la sangre de Jesús, puedo tener la osadía y la confianza para ingresar a la presencia más sagrada de Dios con un corazón que confía plenamente en Él.

La oración de hoy
Padre, gracias porque mi perdón no depende de cómo puedo confesar perfectamente cada pecado, sino depende de mi fe en la calidad de la sangre sin pecado de Jesús que fue derramada en la cruz. Gracias por la paz mental y el gozo que produce esta verdad: mi conciencia está salpicada de limpieza de la culpa y la condenación por la sangre de Jesús. Estoy muy agradecido de que, debido a lo que Él ha hecho por mí, siempre puedo tener la osadía y la confianza para ingresar a Tu presencia más sagrada con un corazón que confía plenamente en que Tú siempre estás para mí. Amén.


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