martes, 9 de noviembre de 2021

La batalla es real - Joseph Prince


La batalla es real

Caerán mil a tu lado y diez mil a tu diestra; pero no se acercará a ti. Solo con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.
Salmo 91: 7-8

Imagina que estás en un campo de batalla y que a tu alrededor mueren soldados. Por un lado, ves caer mil. Por el otro, diez mil caen al suelo uno a uno. Escuchas gritos cuando las balas encuentran sus objetivos.

Es una imagen inquietante y agradezco a Dios que la mayoría de nosotros no haya tenido que experimentar los horrores de estar en una zona de combate físico. Pero eso no significa que no estemos bajo ataque ni significa que no veamos la muerte reclamando a sus víctimas a nuestro alrededor.

Todos los días nos asaltan desde todas las direcciones noticias trágicas, informes médicos y ataques del diablo lanzados contra nosotros. Y todos los días, vemos víctimas a nuestro alrededor mientras leemos sobre personas que mueren en accidentes, ataques o enfermedades. Por favor, comprende que de ninguna manera estoy sugiriendo que tales sucesos sean equivalentes a las experiencias de aquellos que pudieron haber estado en guerras. Lo que quiero establecer es que los creyentes están en una guerra espiritual y no debemos ignorar las tácticas del enemigo.

Cuando el enemigo te ataca, ¿reconoces sus armas? Los proyectiles que dispara pueden no tener puntas de flecha ni estar llenos de pólvora, pero no son menos mortíferos. Sus armas vienen en forma de pensamientos paralizantes y temores aplastantes. Cuando te enteras de un accidente de avión y te paraliza la idea de que tu próximo viaje en avión podría ser el último, te han disparado. Cuando lees acerca de un tiroteo en una sala de conciertos y temes acercarte a uno en caso de que te suceda lo mismo, una "bala" se ha alojado en tu mente.

Quiero enseñarte y equiparte para combatir estos pensamientos opresivos. Desafortunadamente, muchos creyentes que pueden experimentar estos pensamientos oscuros les permiten echar raíces y crecer. Los riegan con preocupación, los fertilizan con ansiedad y les permiten tomar el sol durante horas en su mente. ¿Cómo? Repitiendo los malos pensamientos una y otra vez y dejándolos seguir y seguir como un disco rayado. Como resultado, estos creyentes no pueden dormir, sufren ataques de pánico crónicos e incluso pueden desarrollar condiciones autoinmunes y psicosomáticas. Lo que comienza en la mente puede echar raíces en su corazón e incluso puede provocar efectos adversos en tu cuerpo físico. Cuando esos pensamientos negativos se le presenten, ¡no debes darles tiempo para que echen raíces!

No hay comentarios:

Publicar un comentario