sábado, 15 de agosto de 2015

Sin ningún merito


Efesios 2:8-10 (Nueva Traducción Viviente)
8 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. 
9 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. 
10 Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.

En la mañana veía el muro de facebook de una amiga y encontré que había puesto Efesios 2:8 en la Nueva Traducción Viviente, hubo una frase que saltó a mis ojos: "Ustedes no tienen ningún mérito en eso" 

Estamos acostumbrados a la meritocracia, a conseguir las cosas por nuestros propios méritos; pero cuando hablamos de la salvación las cosas no son así, no depende de nuestros méritos sino de los méritos de otro.

Este pasaje en la Nueva Traducción Viviente empieza: "Dios los salvó por su gracia cuando creyeron."

La salvación es un regalo de Dios que viene por Su gracia, que es Su amor sin límites y Su favor inmerecido hacia nosotros. No depende nosotros sino de Dios mismo.

Por gracia fuimos salvados cuando creímos, pero ¿cuando creímos qué?


Romanos 8:16-17 (Nueva Traducción Viviente)
16 Sin embargo, no todos aceptan la Buena Noticia, porque el profeta Isaías dijo: «Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?». 
17 Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo.

Hay un mensaje que debemos creer para ser salvos, y este es la Buena Noticia acerca de Cristo.

En 2 Corintios 5 podemos ver de que se trata este mensaje:

2 Corintios 5:17-21 (Nueva Traducción Viviente)
17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! 
18 Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él. 
19 Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. 
20 Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!». 
21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.

Somos nuevas personas en Cristo, no por lo que hacemos sino como un regalo de Dios. El nuevo nacimiento no proviene de nuestros propios meritos sino de Dios.

En Juan 1:12-13 dice: "Pero, a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios."

Hemos nacido de nuevo y sido hechos nuevas personas no debido a nuestra iniciativa, ni nuestros esfuerzos, ni nuestros méritos, sino que ha sido totalmente una obra de Dios.

Las religiones del mundo y la ley misma son un sistema de obras para poder alcanzar la salvación por medio del mérito propio, pero aquí vemos que esto no se logra por lo que haga el hombre sino por obra de Dios.

Como vimos en Efesios 2:9: "La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo." 

¿Como es que Dios nos dio esta salvación?

En 2 Corintios 5:18 dice: "Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo."

El regalo de la salvación vino por los méritos de un hombre, Cristo. Como dice en Romanos 5:18-19: "Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos. Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores. Pero, por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos."

Eramos pecadores debido a la desobediencia de Adán, lo que impedía que fuésemos salvos, pero fue por la obediencia de uno, Jesús, ahora somos justos.

En 2 Corintios 5:19 dice: "Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente."

A fin de poder salvarnos, Dios no toma en cuenta nuestros pecados, pero ¿por qué?

En 2 Corintios 5:21 vemos la respuesta: "Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo."

La Versión Palabra de Dios Para Todos lo pone así: "Aunque Cristo no tenía ningún pecado, Dios lo hizo cargar con los nuestros para que por medio de él fuéramos declarados inocentes ante Dios." 

Y la Versión Reina Valera 1960 de esta manera: "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él."

Fueron los méritos de Cristo, no los nuestros los que nos pusieron en relación correcta con Dios y fuésemos declarados inocentes y justos.

Fue su obra terminada la que tiene el mérito; y al solamente creer en Él, sin nada que hagamos es que podemos recibir la vida eterna.


No son nuestros méritos, son los méritos de Cristo. 
  

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