viernes, 28 de agosto de 2015

Que Significaba la Palabra Gracia para los Griegos


Veamos como es que los griegos entendían la palabra gracia.

El Arzobispo Trench en su libro Sinónimos del Nuevo Testamento dice: "Es demasiado difícil decir que para la mente griega haya otra palabra expresada y que esté con más claridad en su corazón que estaque esta."

La palabra gracia viene del término griego charis.

Charis se refirió en primer lugar a "la propiedad que tiene una cosa para producir alegría a los oyentes o a los espectadores de ella." 

Después de un tiempo llegó a significar no necesariamente la gracia o la belleza de una cosa, sino una cualidad perteneciente a ella, la cosa graciosa o bella, el acto, el pensamiento, el habla, o la persona que sea, en sí; personificando la gracia.

Hay un sentido aún más que la palabra obtiene, que es el agradecimiento que el favor llama a cambio

En la terminología ética de las escuelas griegas charis implicaba siempre un favor libremente hecho, sin pretensión o expectativa de retorno. Así Aristóteles, definiendo charis, "pone todo el énfasis en este punto, que se confiere libremente, sin esperar nada a cambio, y la búsqueda de su único motivo de la generosidad y de libre despreocupación del dador". 

Charis también se utilizaba para describir un acto que estaba fuera del curso ordinario de lo que cabría esperar, y era, por tanto, digno de elogio.


(Adaptado de Wuest)

miércoles, 26 de agosto de 2015

Tetelestai y el acta de decretos.

Tetelestai y el Acta de Decretos

En Juan 19:30 nos encontramos con esta palabra dicha por Jesús en la cruz:

(Arcas y Fernandez) Jesús la probó y dijo: - Todo está cumplido. E, inclinando la cabeza, murió. 

(Nueva Biblia Latinoamericana Hoy)  Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: "¡Consumado es! (¡Cumplido está!)" E inclinando la cabeza, entregó el espíritu. 


(Reina Valera 1960)  Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. 


(Message)  Después de tomar el vino, Jesús dijo, "Está hecho . . . está completo." Agachando su cabeza, ofreció su espíritu.

Tetelestai es la palabra griega que se ha traducido aquí "Todo está cumplido" o "Consumado es" en otras versiones. Se han descubierto recibos por impuestos, escritos en papiro con la palabra griega tetelestai, inscrita a lo largo, que significaba "pagado totalmente" o "cancelado" (Bible Knowledge Commentary),


Cololosenses 2:13-15
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 
14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 
15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

La palabra griega traducida como "acta de decretos" se refiere el certificado de la deuda por el cual un deudor reconocía su endeudamiento. Pablo compara el perdón de los pecados de los creyentes con el borrar la tinta de un pergamino. A través de la muerte de Cristo en la cruz, Dios ha borrado totalmente nuestro certificado de endeudamiento y hecho nuestro perdón completo.

Ya no hay ninguna deuda con Dios debido al pecado, somos total y completamente libres.

El precio fue pagado ya todo fue cumplido.


lunes, 24 de agosto de 2015

Tetelestai (VIDEO)


Tetelestai, fue ese grito victorioso con el cual Jesús pagó el precio precio de nuestra salvación.



Tetelestai, "Consumado es", Jesús tomó nuestro pecado, enfermedad, pobreza, condenación y nos dio plena libertad.

Tetelestai, ahora las puertas del cielo están abiertas y tenemos libre entrada al Padre por esa sangre derramada.

Tetelestai, ya no tenemos que hacer nada para merecernos al cielo, cumplir ninguna ley ni seguir ningún sistema de obras meritorias, porque en esa cruz Jesús ya lo hizo por nosotros.



Tetelestai, por esa obra terminada de Cristo ahora somos hijos de Dios por haber creído en Él.

Tetelestai


viernes, 21 de agosto de 2015

Por la Gracia de Dios Soy lo que Soy


Al inicio de mi vida cristiana estaba en un grupo donde cantaban: "Por la gracia de Dios yo soy lo que soy". Repetíamos pero no entendíamos lo que cantábamos. ¿A qué se refiere este pasaje? 


1 Corintios 15:9-11
9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
11 Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.

Pablo hablándonos de su ministerio nos dice que aunque había trabajado más que todos los demás apóstoles, no era su esfuerzo sino la gracia de Dios que estaba en él.

Así como Pablo era el apóstol de los gentiles por la gracia de Dios; Él le ha dado a cada creyente una gracia para servirlo y somos lo que somos por esa gracia que Dios puso en nosotros.

Lo que tu eres no viene por tu duro esfuerzo viene de la gracia de Dios que está contigo.

Romanos 12:3-8
3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.

6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

Cada creyente tiene una función dentro de la iglesia local, todos hemos llamados para hacer algo, no hay nadie que no tenga una labor asignada. 

Es la gracia de Dios la que nos capacita para realizar la función en la que Dios nos ha puesto.

En Efesios 2:10 dice que Dios preparó buenas obras para que anduviésemos en ellas; y son las que Dios preparó para tí, para que tu las hagas.

Pablo decía: "No soy yo sino la gracia de Dios que está conmigo." No somos nosotros, es lo que Dios preparó para nosotros y que hacemos a través de Él.

Juan 15:1-5, 16
1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 
16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Es nuestra unión con Cristo la que nos permite hacer las cosas que Dios ha preparado para nosotros. Al permanecer en Cristo es que podemos llevar fruto y que ese fruto permanezca.

Efesios 2:8-10
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.


Como nuevas criaturas en Cristo fuimos creados para buenas obras, que no son requisitos para nuestra salvación, ni que provienen de nuestro propio esfuerzo para agradar o conseguir algo de Dios, son solamente obras que Dios preparó para nosotros para que anduviésemos en ellas.

Como decía Pablo acerca de que su obra no era él sino la gracia de Dios que estaba con él; tampoco nuestra obra es fruto de nuestro esfuerzo, sino de la gracia de Dios que está con nosotros.

Por la gracia de Dios somos lo que somos y podemos hacer lo que Dios nos ha encomendado llevando mucho fruto.

jueves, 20 de agosto de 2015

La Gracia y la Ley

La Gracia y la Ley

Dios dio la ley para mostrar que no hay lugar para traspasarla, para que no tengamos excusa.


Pablo estaba vivo en una época; cuando era un niño pequeño. Los niños judíos eran entrenados diligentemente en la memorización de las Escrituras desde muy temprana edad. Luego con el conocimiento de la ley venía el resultado del pecado, la muerte espiritual.

La naturaleza de pecado está en uno, pero no somos responsables sino hasta que llegamos a la edad de la conciencia; que puede variar de niño en niño.

La ley es santa; no hay nada malo en ella, el mal se encuentra en nosotros. La ley no provee soluciones, lo único que hace es mostrarnos el problema.

Gálatas 3:17-22
17 Esto,  pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.
19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.
20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.
21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.
22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

La ley fue añadida debido a las transgresiones hasta que la simiente viniese. La ley magnifica el problema para que cuando la solución venga podamos recibirla.

Gálatas 3:23-25
23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo.

La ley ha sido un ayo que nos ha llevado a Cristo.

La Biblia Expandida de Fe lo dice de esta manera:

Gálatas 3:24
24 Dicho de otro modo: la Ley mosaica fue nuestro tutor (pedagogo, guía, ayo) para conducirnos a Cristo, que vino a hacernos justos delante de Dios por medio de la fe.

El término griego que se usa aquí es paidagogós, en español, pedagogo. El pedagogo era un esclavo cuya función era encargarse del cuidado general de un niño de entre 6 y 16 años. Estaba encargado de la conducta exterior, la supervisión moral del niño y se encargaba de él cada vez que salía de casa, por ejemplo, cuando iba a la escuela.

Esta fue la función de la ley, se encargaba de nuestra conducta exterior y supervisión moral mientras venía Jesús.

1 Timoteo 1:8
8 Pero sabemos que la ley es buena,  si uno la usa legítimamente.

La ley es buena cuando se usa de manera apropiada.



Santiago 2:10
10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

Pero también es inútil como un medio para tratar de justificarnos delante de Dios. Con la ley es todo o nada. Uno puede confiar en el resultado de su fracasos al tratar de cumplir la ley, o en la gracia de Dios.

La ley se basa en lo que podemos hacer por nuestros esfuerzos; la gracia se basa en lo que alguien hizo por nosotros. La ley fue dada para mostrarnos que necesitamos ser justificados. La ley nos dice: “Tú tienes que ser de este tamaño para pararte delante de Dios”, el problema es que ninguno llega a alcanzar ese tamaño.

Es como cuando estamos sucios, el vernos en el espejo no provoca el problema, solo lo refleja. No nos muestra cómo resolverlo sino cual es el problema. Debemos usar agua y jabón para limpiarnos.

Las ceremonias de la ley eran incapaces de salvar al hombre porque eran solamente sombras. Es como cuando la sombra de un avión cruza sobre nosotros, no puede dañarnos porque no tiene substancia. Para que haya una sombra en algún lugar debe existir un objeto y luz para reflejarlo. La sombra solo es reflejo del objeto. La sombra nos indica que no muy lejos hay un objeto; la sombra por sí misma no puede hacer nada. La sombra de un vaso con agua no puede calmar nuestra sed, pero puede alegrarnos porque significa que cerca hay un vaso de agua, que es el objeto.

Colosenses 2:16-17
16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,
17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.

Pablo está hablando de ceremonias que son sombras de las cosas que están por venir. Cristo trajo la substancia de las cosas que el Antiguo Testamento proveía como sombras.

Hebreos 10:1
1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

La ley es una sombra, no la imagen misma de las cosas, no la substancia ni el objeto, por eso es que no puede hacernos perfectos. Tenía sacrificios que se repetían anualmente que eran sombra del sacrificio de Jesús. El tabernáculo que era la sombra de la obra de Cristo en nosotros. Todo era una sombra de lo que estaba por venir.

Pero ahora tenemos la sustancia, tenemos a Cristo, quien trajo la gracia y la realidad a nuestras vidas.

Juan 1:17
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

La versión de Murdock lo pone así: "Porque la ley fue dada por mano de Moisés; pero la realidad y la gracia vinieron por mano del Mesías Jesucristo."

La ley solo nos trajo una sombra pero la gracia y la realidad nos llegó por medio de Jesucristo.


miércoles, 19 de agosto de 2015

Como vencer el pecado y agradar a Dios


La gente piensa que la enseñanza de la gracia es darle una identificación especial para la gente dándole un permiso para pecar.

Es curioso que cada vez que se enseña una verdad de la Biblia que trae libertad a la gente, se levantan personas diciendo: "Esa enseñanza es una licencia para pecar."

Gálatas 5:1
1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

La verdad es que la gente le gusta vivir en esclavitud, prefieren vivir una vida de leyes, reglas y normas que disfrutar de las verdades que los hacen libres,

Gálatas 3:21-31
21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?
22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.
23 Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.
24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.
25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.
27 Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido.
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.
31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

Muchos creyentes prefieren ser hijos de Agar, viven tras reglas que dicen has esto, no hagas esto, sin darse cuenta que lo que hacen es entrar en un sistema de obras para tratar de vencer el pecado y agradar a Dios.

Colosenses 2:20-23
20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos
21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques
22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?
23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

Entonces vemos que este sistema de obras no funciona, no tiene valor alguno contra los apetitos de la carne, no tiene fuerza para vencer el pecado.

1 Corintios 15:56
56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

En realidad no tiene sentido pensar que la ley puede vencer al pecado, porque el poder del pecado es la ley.

Es por eso que mientras más intenta el hombre librarse del pecado tratando de seguir un sistema de obras jamás lo puede conseguir.

Pablo se encontró con este problema de la ley, el quería cumplirla para así poder agradar a Dios pero no podía hacerlo.

Romanos 7:7-13
7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;
11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.
12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

La ley en si no es mala, pero no produce resultados para vencer al pecado, y lo que produce finalmente es muerte.

Romanos 7:14-25
14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Pablo nos demuestra aquí la imposibilidad del hombre para cumplir con la ley; la naturaleza pecadora del hombre sin Cristo no puede llegar a cumplir la ley de Dios por más buena que esta sea.

Por eso la solución para el pecado no se encuentra en meternos a un sistema de obras sino Jesucristo.

Entonces, la gracia de Dios, que recibimos por medio de la obra terminada de Cristo, no es una licencia para pecar; es la solución para el pecado porque es la impartición de la habilidad de Dios para hacer lo que es correcto.

Tito 2:11-12
11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.

La gracia de Dios nos enseña a renunciar al pecado y a vivir de manera piadosa.

Romanos 5:20-21
20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

La gracia es la respuesta de Dios para el pecado.

La única manera de vencer al pecado y agradar a Dios es por medio de Jesucristo.

martes, 18 de agosto de 2015

La Gracia en el Antiguo y Nuevo Testamento




En el Antiguo Testamento la gracia significa ser misericordioso, considerado; favorecer.

A lo largo del Antiguo Testamento podemos ver cómo es que la gracia obró en Israel; el favor de Dios se percibe sobre todo en su liberación del pueblo de Dios de sus enemigos y de los males que les rodean.

Strong define gracia (kjanan) como “doblar o inclinarse en bondad hacia un inferior; favorece, conceder; implorar (mover a favor mediante petición); amigablemente, apiadarse, compadecerse, compasión, dar, favor, gemir, hacer merced, misericordia, mostrar, orar, pedir, piedad, rogar, suplicar.”

La gracia, en el Antiguo Testamento, tiene que ver con el favor inmerecido de Dios (como la de un superior a un inferior donde no hay obligación de mostrar tal favor).

En el Nuevo Testamento, la gracia se muestra como el favor divino hacia nosotros; es la disposición amorosa de la que procede el acto bondadoso, bondad y buena voluntad en general; pero especialmente con referencia al favor o a la gracia divina.

Esteban en su mensaje en el templo, en Hechos 7:9-10, nos muestra a José como un ejemplo de la gracia de Dios a favor de una persona: “Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él, y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.”

La gracia de Dios hizo que José pasé de ser un esclavo a convertirse en el gobernador de Egipto; si vamos a Génesis vemos como José fue vendido, hecho esclavo, encarcelado pero a pesar de eso la gracia de Dios siempre estuvo con él bendiciéndolo y prosperando en todo lugar hasta llegar a la posición más alta que una persona podía tener debajo del faraón, ser el gobernador de todo el imperio.

Un aspecto importante de la gracia es su libre disposición y universalidad, su carácter espontáneo, como en el caso de la gracia redentora de Dios, y el placer o gozo que Él se propone para el que la recibe; así, se pone en contraste con deuda.

Pablo nos habla esto muy claramente en Romanos 4 cuando nos habla del ejemplo de cómo es que Abraham le fue contada su fe como justicia para recibir la promesa:

Romanos 4:1-5
1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?
2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios.
3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.
4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;
5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.

No fue por medio de las obras que Abraham recibió las promesas, no le costó nada, era un regalo que Dios le había dado y sencillamente lo recibió por la fe.

En su gracia Dios ya nos dio todas las cosas, sin que tengamos que hacer nada a cambio. La gracia es un regalo sin cola; no hay nada de nuestra parte que debamos hacer para recibirla, solo tomarla por medio de la fe.

Strong define la gracia (charis) como: “la influencia divina sobre el corazón, y su reflejo en la vida”

Es la palabra que expresa la diferencia vital entre los intentos humanos de ganar el favor de Dios y la manera real en que se establece y desarrolla la relación con Dios.

El libro de Gálatas es un ejemplo claro de esto, donde vemos como Pablo se enfrentó abiertamente con los judaizantes que decían que las personas no podían ser salvas si no se circuncidaban y guardaban toda la ley de Moisés.

El día de hoy vemos como muchos creyentes tratan de establecer su relación con Dios por medio de sus propios esfuerzos convirtiendo el cristianismo en una religión de obras en lugar de una relación con Dios por medio de Su gracia.

Podemos definir la gracia como el favor o bondad mostrado sin importar el valor o el mérito del que lo recibe, y a pesar de lo que merece.

sábado, 15 de agosto de 2015

Sin ningún merito


Efesios 2:8-10 (Nueva Traducción Viviente)
8 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. 
9 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. 
10 Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.

En la mañana veía el muro de facebook de una amiga y encontré que había puesto Efesios 2:8 en la Nueva Traducción Viviente, hubo una frase que saltó a mis ojos: "Ustedes no tienen ningún mérito en eso" 

Estamos acostumbrados a la meritocracia, a conseguir las cosas por nuestros propios méritos; pero cuando hablamos de la salvación las cosas no son así, no depende de nuestros méritos sino de los méritos de otro.

Este pasaje en la Nueva Traducción Viviente empieza: "Dios los salvó por su gracia cuando creyeron."

La salvación es un regalo de Dios que viene por Su gracia, que es Su amor sin límites y Su favor inmerecido hacia nosotros. No depende nosotros sino de Dios mismo.

Por gracia fuimos salvados cuando creímos, pero ¿cuando creímos qué?


Romanos 8:16-17 (Nueva Traducción Viviente)
16 Sin embargo, no todos aceptan la Buena Noticia, porque el profeta Isaías dijo: «Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?». 
17 Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo.

Hay un mensaje que debemos creer para ser salvos, y este es la Buena Noticia acerca de Cristo.

En 2 Corintios 5 podemos ver de que se trata este mensaje:

2 Corintios 5:17-21 (Nueva Traducción Viviente)
17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! 
18 Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él. 
19 Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. 
20 Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!». 
21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.

Somos nuevas personas en Cristo, no por lo que hacemos sino como un regalo de Dios. El nuevo nacimiento no proviene de nuestros propios meritos sino de Dios.

En Juan 1:12-13 dice: "Pero, a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios."

Hemos nacido de nuevo y sido hechos nuevas personas no debido a nuestra iniciativa, ni nuestros esfuerzos, ni nuestros méritos, sino que ha sido totalmente una obra de Dios.

Las religiones del mundo y la ley misma son un sistema de obras para poder alcanzar la salvación por medio del mérito propio, pero aquí vemos que esto no se logra por lo que haga el hombre sino por obra de Dios.

Como vimos en Efesios 2:9: "La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo." 

¿Como es que Dios nos dio esta salvación?

En 2 Corintios 5:18 dice: "Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo."

El regalo de la salvación vino por los méritos de un hombre, Cristo. Como dice en Romanos 5:18-19: "Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos. Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores. Pero, por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos."

Eramos pecadores debido a la desobediencia de Adán, lo que impedía que fuésemos salvos, pero fue por la obediencia de uno, Jesús, ahora somos justos.

En 2 Corintios 5:19 dice: "Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente."

A fin de poder salvarnos, Dios no toma en cuenta nuestros pecados, pero ¿por qué?

En 2 Corintios 5:21 vemos la respuesta: "Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo."

La Versión Palabra de Dios Para Todos lo pone así: "Aunque Cristo no tenía ningún pecado, Dios lo hizo cargar con los nuestros para que por medio de él fuéramos declarados inocentes ante Dios." 

Y la Versión Reina Valera 1960 de esta manera: "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él."

Fueron los méritos de Cristo, no los nuestros los que nos pusieron en relación correcta con Dios y fuésemos declarados inocentes y justos.

Fue su obra terminada la que tiene el mérito; y al solamente creer en Él, sin nada que hagamos es que podemos recibir la vida eterna.


No son nuestros méritos, son los méritos de Cristo. 
  

viernes, 14 de agosto de 2015

Justicia Gratis Para Todos


Romanos 4:6-8
6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,
7 diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos.
8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.


Una de las verdades más impactantes del Evangelio es que Dios nos atribuye justicia sin obras. No depende del cumplimento de las normas y reglas de la Ley, ni de nuestras propias obras piadosas, ni de nada que hagamos sino que es algo producido totalmente por Dios.

A mi me enseñaron de pequeño que debía ser una buena persona, vivir una vida sin meterme con nadie, haciendo buenas acciones, porque así me ganaba mi entrada al cielo.

Estamos tan acostumbrados a merecernos las cosas que no entendemos como es que Dios nos atribuye su justicia de manera gratuita sin que hagamos nada.

Efesios 2:8-10
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. 

Es por gracia que somos salvos, por un favor inmerecido por parte de Dios que somos salvos. La salvación es un regalo gratuito de Dios que lo recibimos por medio de la fe en Jesucristo.

No es por obras, nos es por lo que hagas, es por lo que otra persona hizo por ti, es por Jesucristo.

2 Corintios 5:17-21
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Nuestra unión con Cristo, debido al hecho de estar en Él, es lo que nos hizo nuevas criaturas, y esto no vino de nosotros sino que vino de Dios.

La obra terminada de Cristo es lo que permitió nuestra reconciliación con Dios.

Dios no le toma en cuenta a los hombres sus pecados, porque Cristo los tomó por nosotros. En esa cruz el tomó nuestro lugar, se hizo pecado para que nosotros podamos ser justos.

Hoy esta disponible la justicia para todos de manera gratuita, solo debemos recibirla por medio de la fe.


jueves, 13 de agosto de 2015

Soy Tan Justo Como Dios Es Justo


Romanos 3:19-26 (Biblia Expandida de Fe)
19 Ahora bien, nosotros sabemos que todo lo que dice la Ley es válido para los que están bajo la Ley,a fin de que toda boca se calle y nadie pueda alegar inocencia y todo el mundo sea condenado bajo el juicio de Dios.
20 Porque ante los ojos de Dios, ningún ser humano será justificado (declarado inocente y hecho justo) por medio del cumplimiento de las obras de la Ley, ya que la Ley se limita a hacernos conocer completa y concientemente el pecado.
21 Pero ahora, aparte e independientemente de la Ley, se ha manifestado abiertamente la justicia de Dios que es testificada y confirmada por la Ley y los Profetas;
22 la justicia de Dios, que es por la fe en Jesucristo, para todos los que creen. Porque no existe ninguna distinción ni diferencia
23 porque todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, 
24 pero son justificados (declarados inocentes y hechos justos) gratuitamente por medio de su gracia (que es el favor y la buena voluntad de Dios hacia nosotros) provista por medio de la redención cumplida en Jesucristo (el Salvador Ungido) 
25 quien fue puesto por Dios como instrumento de propiciación por medio de su propia sangre, a través de la fe. 
26 De esa manera, Dios ha querido mostrar su justicia al haber pasado por alto en su paciencia nuestros pecados pasados para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea el justo y el justificador del que tiene fe en Jesús. 

Cuando hablamos de justificación lo hacemos de la obra que Dios hizo en y a través de Cristo para declararnos inocentes y hacernos justos delante de Dios.

Esta justicia no es algo que dependa del hombre sino que es un regalo gratuito de Dios por medio de la obra terminada de Cristo en la cruz.

Romanos 5:15-19 (Biblia Expandida de Fe)
15 Sin embargo, no hay comparación ni proporción alguna entre el pecado de Adán y el don gratuito que Dios nos ha dado. Porque si la falta de un solo hombre (Adán) provocó la muerte de todos los hombres, la gracia de Dios y el don gratuito otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo (el Salvador Ungido), fueron derramados mucho más superabundantemente sobre todos los hombres. 
16 Tampoco se puede comparar este don gratuito con las consecuencias del pecado cometido por un solo hombre (Adán), ya que el juicio de condenación vino por una sola transgresión, mientras que el don de la gracia lleva a la justificación (el ser declarados inocentes y hechos justos) después de muchas transgresiones. 
17 Porque si por la transgresión de un solo hombre (Adán) reinó la muerte, con mucha más razón, vivirán y reinarán como reyes en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo (el Salvador Ungido), aquellos que han recibido superabundantemente la gracia y el don gratuito de la justicia (que los declaró inocentes e hizo justos).
18 Por ese motivo, así como la transgresión de un solo hombre (Adán) causó la condenación de todos los hombres, también el acto de justicia de un solo hombre (Jesucristo) producirá para todos los hombres la justificación que conduce a la Vida. 
19 Y de la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre (Adán), los muchos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de uno solo (Jesucristo), los muchos se constituirán en justos.

La justificación es un regalo de Dios por el cual Dios imparte su justicia en nosotros y nos hace justos.

No es por nuestros actos, o cumplimientos de la ley, o entrando en un sistema de obras, ni por nuestra obediencia que alcanzamos esta justicia, sino por la obediencia de uno, Jesucristo.

Por eso lo que somos, el hecho de ser justos delante de Dios no depende de nosotros, sino de Dios por medio de Jesucristo.

Esta justicia que Dios nos da es su misma justicia, la cual no depende de lo que hacemos sino de lo que somos.

2 Corintios 5:21
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

En Cristo llegamos a ser la justicia de Dios, es decir, llegamos a ser tan justos como Dios lo es.

Así que podemos decir que somos tan justos como Dios.