domingo, 12 de julio de 2015

Una nueva forma de ver las cosas


Romanos 4:1-5 (Biblia Expandida de Fe)

1 ¿Y desde el punto de vista humano qué diremos que halló Abraham, nuestro antepasado y padre según la carne?
2 Si él hubiera sido justificado (declarado inocente y hecho justo) por las obras tendría de qué enorgullecerse y jactarse, pero no delante de Dios.
3 Porque, ¿qué dice la Escritura?: Abraham le creyó a Dios y esto le fue atribuido, imputado y tomado en cuenta como justicia (fue declarado inocente y hecho justo).
4 Ahora bien, al que trabaja no se le paga el salario como un regalo, sino como una obligación que se le debe, es decir, no se le reconoce como gracia sino como deuda.
5 En cambio, al que no hace nada, sino que cree en aquel que justifica (declara inocente y hace justo) al impío, se le tiene en cuenta la fe para su justificación (ser declarado inocente y hecho justo).


En este pasaje encontramos una gran realidad en cuanto a la gracia de Dios y es que es gratis.

Pablo pregunta: "¿Que consiguió Abraham con la carne o esfuerzos humanos?"

La Biblia The Message (El Mensaje) lo pone así: "Entonces, ¿cómo encajamos lo que conocemos de Abraham, nuestro primer padre en la fe, en esta nueva forma de ver las cosas?"

El hombre esta acostumbrado a conseguir las cosas por sus propios esfuerzos; inclusive la salvación la intentan obtener por un sistema de obras a través de la ley o las buenas acciones.

Pero que nos muestra Abraham con esta "nueva forma de ver las cosas."

Si él se hubiera justificado ante Dios por su propio esfuerzo, hubiera conseguido la salvación por sus propios méritos y podría jactarse de haberlo logrado por si mismo.

En Efesios 2:9 dice: "No por obras para que nadie se gloríe."

En la parábola del fariseo y el publicano vemos:


Lucas 18:9-14
9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

El fariseo pensaba que el cumplimiento de la ley y sus propios esfuerzos le darían los méritos necesarios para ser justificado; pero el que fue justificado fue el publicano que no se acercó en sus propios méritos sino en la justificación que solo Dios puede dar.

No depende de nosotros sino de Dios.

Que dice la Biblia: "Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia."

Luego nos da una analogía del trabajo; ninguno de los que trabajamos lo hacemos gratis, esperamos recibir el sueldo pactado con el empleador.

Si la salvación fuera por nuestras obras entonces lo que recibiríamos es un pago de Dios por nuestras buenas acciones; y si pudiéramos pagar por nuestra salvación, ¿por qué murió Cristo?

Ya no sería salvación por gracia sino salvación por deuda.

El versículo 5 dice: "En cambio, al que no hace nada, sino que cree en aquel que justifica (declara inocente y hace justo) al impío, se le tiene en cuenta la fe para su justificación (ser declarado inocente y hecho justo)."

En esta nueva forma de ver las cosas que nos muestra Abraham, no tenemos que hacer nada para ser justificado; no tenemos que cumplir la ley ni seguir un sistema de obras para ser justificados, lo único que tenemos que hacer es lo que hizo Abraham, sencillamente creerle a Dios.

Nuestras acciones no nos dan mérito ante Dios, lo que nos da mérito es la fe en la obra completa de Cristo Jesús. 




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