El poder para no pecar más - Joseph Prince

El poder para no pecar más

Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús.

Romanos 8:1, LBLA

Hoy, quiero hablar sobre cómo se puede tener una vida de pensamiento victoriosa. Amigo mío, la solución a las tentaciones, los deseos y pensamientos pecaminosos se encuentra en el primer versículo de Romanos 8: "Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús". (Por cierto, algunas traducciones de la Biblia, como la Nueva Versión King James, continúan diciendo "que no andan según la carne, sino según el Espíritu". Esto fue agregado por los traductores bíblicos posteriores. En los manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento disponible hoy en día, el griego simplemente dice: "Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús").

Puede experimentar tentaciones y pensamientos pecaminosos de vez en cuando, pero justo en medio de esa tentación, necesita saber esto: Por lo tanto, ahora no hay condenación para aquellos que están en Cristo Jesús. Note que este versículo está en tiempo presente. En este momento, incluso si en este mismo momento, pensamientos pecaminosos pasan por tu mente, ¡no hay condenación porque estás EN CRISTO JESÚS! ¿Debemos entonces sentarnos quietos y entretener esos pensamientos pecaminosos? Por supuesto no.

El pecado no puede echar raíces en una persona que está llena de conciencia de que es justa en Cristo. No puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero ciertamente puedes evitar que un pájaro construya un nido en tu cabeza. De la misma manera, no puede evitar que las tentaciones, los pensamientos y deseos pecaminosos pasen por su mente, pero ciertamente puede evitar actuar sobre estas tentaciones, pensamientos y deseos pecaminosos. ¿Cómo? ¡Confesando en el mismo momento de la tentación que eres la justicia de Dios en Cristo Jesús!

El poder de Jesús para vencer cada tentación se activa cuando permaneces consciente de que incluso en el punto de la tentación, Jesús todavía está contigo y que eres justo en Él sin tus obras (Romanos 4: 6). Cuando haces eso, rechazas la condenación por la tentación que enfrentaste. Ahora tienes el poder de Cristo para elevarte por encima de tu tentación y descansar en tu identidad justa en Cristo, aparte de tus obras. ¡Esa, amados, es la vida vencedora en Cristo!