miércoles, 31 de mayo de 2017

Día 7 - 100 Días de Favor (Joseph Prince)

Dios no solo es capaz de bendecirte sino que está listo y dispuesto para hacerlo.


DÍA 7
Dios es Capaz y está dispuesto

Versículo de Hoy
Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. 
- Mateo 8:2-3

Probablemente todos los cristianos creen que Dios tiene poder para bendecir, curar, proteger, prosperar y hacer que alguien sea un éxito. Sin embargo, sabemos que no todos creen que Dios está dispuesto a hacer todo esto por ellos. Mateo 8:1-3 relata la historia de un leproso que fue hasta Jesús para ser sanado. El leproso no dudaba de la capacidad de Jesús para curarlo, pero no estaba seguro de que Jesús estaba dispuesto a curarlo, un leproso que había sido condenado al ostracismo por Todos. En otras palabras, él creía en la omnipotencia de Dios, pero no estaba seguro de que el corazón de Dios era un corazón de amor y favor inmerecido hacia él. Estoy seguro de que conoces a los creyentes que son así. Pueden creer en el poder de Dios, pero no están seguros de lo que hayen el corazón de Dios para ellos. Ellos saben que Dios puede, pero no están seguros si está dispuesto.

Cualquiera que sea el cambio que creas que Jesús puede hacer en tu vida, Él te dice: "YO QUIERO HACERLO."

Esta es una de las mayores tragedias en la iglesia de hoy. Cuando ciertos creyentes oyen testimonios de otros creyentes siendo sanados por el Señor, se quedan inseguros y sin saber si Dios también está dispuesto a sanarlos. Cuando leen relatos de personas dando alabanza al Señor por haber bendecido a otros con promociones y bendiciones financieras, cuestionan íntimamente si Dios está dispuesto a hacer lo mismo por ellos. Se preguntan qué hicieron esas personas para conseguir sus bendiciones.

Lo más trágico, es que miran sus propias vidas, sus imperfecciones y fracasos, y empiezan a descalificarse para recibir las bendiciones de Dios. Ellos piensan: "¿Por qué Dios me bendecirá? Mira lo que hice. No soy merecedor." En vez de tener fe para creer en Dios para hacer un cambio en sus vidas, ellos se sienten demasiado culpables para llegar a creer en la bondad de Dios y recibir algo bueno de Él.

¡Amigo mío, no seas como aquel leproso que entendió a Jesús de una manera totalmente equivocada! Veamos cómo Jesús le respondió. Esto es importante porque sería la misma respuesta que Jesús te daría si te acercas a hoy él.

Mateo 8:3 relata que "Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero" ¿Puedes ver que personal es el ministerio de Jesús? No tocó a todas las personas que sanó. Algunas veces, Él simplemente hablaba y los enfermos sanaban. Pero en este caso, Jesús extendió la mano y tocó al leproso con ternura. Creo que Jesús lo hizo para sanarlo no sólo de su lepra, sino también de las cicatrices emocionales que había recibido debido a los años de rechazo.

La lepra era una enfermedad altamente contagiosa y la ley prohibía a los leprosos ponerse en contacto con cualquier persona. Esto significaba que durante años, ese leproso había sido repelido por todos los que veían su estado, hasta por los miembros de su propia familia. Probablemente olía mal debido a la carne podrida y a los malos tratos, y su apariencia debía ser repulsiva.

Pero sin vacilar, Jesús lo tocó, dándole el primer toque humano desde que contrajo la enfermedad. La Biblia nos cuenta que, inmediatamente, su lepra fue quitada y el hombre recibió su sanidad.

Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre (Hebreos 13: 8). Sea cual sea el cambio que creas que Jesús puede hacer en tu vida, Él le dice: "YO QUIERO HACER ESO." No dudes más del amor que hay en Su corazón por ti. Deja de ocuparse de tus propias incapacidades y envuélvete completamente en su amor y en su gracia (favor inmerecido) por ti.

Oración de hoy
Padre, gracias por relatar la historia del leproso en Tu Palabra para mí. Me muestra que, en lo que se refiere a la sanidad y todas las demás bendiciones que Jesús murió para darme, Tú PUEDES y QUIERES dármelas. Te agradezco porque mis imperfecciones y fallas no me descalifican para recibir Tus bendiciones porque la sangre de Jesús ya me ha calificado. ¡Tu sacrificio libera tu favor inmerecido y tus bendiciones sobre mí! Gracias por las bendiciones que has preparado para que camine hoy en ellas.

Pensamiento de hoy
Dios puede y quiere actuar por mí!

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