La gente piensa que la enseñanza de la gracia es darle una identificación especial para la gente dándole un permiso para pecar.
Es curioso que cada vez que se enseña una verdad de la Biblia que trae libertad a la gente, se levantan personas diciendo: "Esa enseñanza es una licencia para pecar."
Gálatas 5:1
1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
La verdad es que la gente le gusta vivir en esclavitud, prefieren vivir una vida de leyes, reglas y normas que disfrutar de las verdades que los hacen libres,
Gálatas 3:21-31
21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?
22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.
23 Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.
24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.
25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.
27 Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido.
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.
31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Muchos creyentes prefieren ser hijos de Agar, viven tras reglas que dicen has esto, no hagas esto, sin darse cuenta que lo que hacen es entrar en un sistema de obras para tratar de vencer el pecado y agradar a Dios.
Colosenses 2:20-23
20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos
21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques
22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?
23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
Entonces vemos que este sistema de obras no funciona, no tiene valor alguno contra los apetitos de la carne, no tiene fuerza para vencer el pecado.
1 Corintios 15:56
56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
En realidad no tiene sentido pensar que la ley puede vencer al pecado, porque el poder del pecado es la ley.
Es por eso que mientras más intenta el hombre librarse del pecado tratando de seguir un sistema de obras jamás lo puede conseguir.
Pablo se encontró con este problema de la ley, el quería cumplirla para así poder agradar a Dios pero no podía hacerlo.
Romanos 7:7-13
7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;
11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.
12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.
La ley en si no es mala, pero no produce resultados para vencer al pecado, y lo que produce finalmente es muerte.
Romanos 7:14-25
14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Pablo nos demuestra aquí la imposibilidad del hombre para cumplir con la ley; la naturaleza pecadora del hombre sin Cristo no puede llegar a cumplir la ley de Dios por más buena que esta sea.
Por eso la solución para el pecado no se encuentra en meternos a un sistema de obras sino Jesucristo.
Entonces, la gracia de Dios, que recibimos por medio de la obra terminada de Cristo, no es una licencia para pecar; es la solución para el pecado porque es la impartición de la habilidad de Dios para hacer lo que es correcto.
Tito 2:11-12
11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.
La gracia de Dios nos enseña a renunciar al pecado y a vivir de manera piadosa.
Romanos 5:20-21
20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
La gracia es la respuesta de Dios para el pecado.
La única manera de vencer al pecado y agradar a Dios es por medio de Jesucristo.