"¿Estás cansado? ¿Desgastado? ¿Quemado por la religión? Ven a mi. Sal conmigo y recuperarás tu vida. Te mostraré cómo descansar de verdad. Camine conmigo y trabaje conmigo, observe cómo lo hago. Aprenda los ritmos no forzados de la gracia. No te pondré nada pesado o que te quede mal. Hazme compañía y aprenderás a vivir con libertad y ligereza".
Mateo 11: 28-30, MSG
¿Te sientes atrapado en una cinta sin fin basado en tus propios esfuerzos para tratar de ganar el perdón de Dios, la aprobación de Dios y la aceptación de Dios? Esa es la religión cristiana. Si estás tratando de ganarte tu propio perdón y piensas que Dios está constantemente enojado contigo, estoy aquí para decirte que ese no es el corazón de Dios.
Cuando Jesús habló de "los ritmos no forzados de la gracia", quiere decir que hay tranquilidad y gozo cuando caminas en Su gracia. Esto contrasta con la lucha y la tensión que se encuentran en el esfuerzo propio. Hay tal descanso cuando sabes que no hay nada que puedas hacer para ganarte Su perdón. ¡Renuncia a tu propia justicia propia, que la Biblia describe como “trapos de inmundicia” (Isaías 64:6), y con los brazos abiertos y el corazón abierto, recibe Su perdón!
La clave para salir de un ciclo de pecado y derrota es recibir y dejar de golpearte. Recibe y deja de castigarte porque tus pecados ya han sido castigados en el cuerpo de otro - Su nombre es Jesús, nuestro hermoso Señor y Salvador. No es de extrañar que al evangelio se le llame las buenas nuevas.
Cuando comprendas la gracia y el perdón de Dios, comprenderá la diferencia entre obligación y relación. Bajo el antiguo pacto de la ley, vivir correctamente se lleva a cabo por obligación religiosa. Bajo el nuevo pacto de gracia, todo lo que hacemos hoy nace de una motivación interna que fluye directamente de una relación de amor con Jesús.
Amigo mío, Dios no es un legalista. Él no quiere que leas Su Palabra solo porque Él lo dijo, como una obligación religiosa. Él quiere que experimentes Su amor y pases tiempo en Su Palabra porque quieres disfrutar de Su dulce presencia. Puedes leer Su Palabra por legalismo y tratar de ganarte el perdón y la aceptación de Dios, o puedes hacerlo fuera de la relación porque sabes que has sido perdonado. La realidad es que cuando no lees la Biblia, no debes sentirse culpable; deberías tener hambre.
Jesús te invita a experimentar "los ritmos no forzados de la gracia". ¡Mantente en compañía de Él y aprenderás a vivir con libertad y ligereza!
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